Hace 73 años, meses más o días menos, Navojoa, fue escenario de un complot en contra del Gobernador Rodolfo Elías Calles, en aquel entonces el mandamás en los destinos de Sonora.

No se sabe a ciencia cierta cuál fue la causa del complot, pero es indudable que entre los pobladores prevalecía el resentimiento con motivo de la persecución religiosa impulsada en los tiempos de Plutarco Elías Calles, Presidente de la Republica y hermano de Don Rodolfo.

Pero para no perdernos en especulaciones y evitar tomar un camino de mentira, he aquí el relato de personas de esa época y lo que la prensa difundió sobre este complot, que afortunadamente abortó gracias a que un recluta del ejército mexicano, se dio cuenta de una reunión, para llevar a cabo el atentado contra el Gobernador.

El complot o la intriga, mismo al que se le hizo abortar, debería haber estallado el jueves 4 de enero de 1934 en esta ciudad a eso de las 12:00 horas; sin embargo una denuncia a tiempo evitó que este fructificara

Todo empezó cuando uno de los reclutas del 42 Batallón que estaba a las ordenes del Teniente Bacasegua, delató una reunión que se había verificado en la casa habitación de Pedro Salazar Félix, de vasta descendencia en esta ciudad, misma en la que, el “ boca suelta”, se había enterado de los ataques que estas personas habían hecho verbalmente contra las autoridades municipales y del Estado. A las 21:00 horas ya se habían reunido bajo el puente del Ferrocarril Sud Pacifico , mismo que sirve de paso en el Río Mayo.

Ya reunidos aproximadamente 80 hombres armados, se pusieron de acuerdo para atacar el Palacio Municipal y el Hotel Valenzuela, este último donde ese día se hospedaba el Gobernador Rodolfo Elías Calles. También figuraba el ataque a la Cárcel Pública, el Cuartel del 42 Batallón y algunos establecimientos comerciales.

Cuándo el Gobernador quién se encontraba en el Hotel de referencia con algunos amigos, fue informado, inmediatamente giro órdenes para tomar las medidas que el caso ameritaba.

Lo primero que se hizo fue organizar y reforzar con elementos auxiliares, el cuerpo de policía y, seguidamente, conociendo el punto de reunión de los rebeldes se paso a realizar aprehensiones de cuantos concurrían al punto de concentración, desde donde se pondrían de acuerdo para llevar a cabo el complot.

La casa de Pedro Salazar Félix, fue sitiada, mientras que bajo el puente del Ferrocarril, se detuvo a un grupo, entre ellos a dos reclutas.

Otras detenciones tuvieron lugar mas tarde en la Comisaría de Pueblo Viejo y, entre estas, se contó con la del Juez del Barrio de “la Laguna”, en junta con cuatro hombres armados que comandaba.

Al continuar las pesquisas, ya altas horas de la noche en un Callejón de los suburbios de Pueblo Viejo, los cuerpos policíacos se encontraron con el propio Salazar Félix, quién al sentirse descubierto acompañado por un grupo de hombres armados repelió a los guardianes del orden con una descarga, en lugar de obedecer al mandato de que hiciera alto. Con motivo de esta respuesta de balas y de pólvora, resulto herido de la mano derecha y del muslo izquierdo, el auxiliar Félix Mendivil.

Los agentes por supuesto no se quedaron con los brazos cruzados y repelieron la agresión a tiros, haciendo huir al grupo armado. En el retiro quedó tirado el sombrero de Pedro Salazar.

Durante toda la noche del Día 4 y 5 de enero de 1934, fue de una gran labor interna para el Presidente Municipal Juan Bautista Muños (1933-1935). El número de detenciones había llegado a doce.

Después, se habrían de organizar a los mejores elementos con que contaba la policía, para perseguir a Salazar Félix, y a su grupo armado que lo acompañaba, el grupo policiaco estuvo al mando de los cabos Filiberto Mendivil y Juan P. Pacheco.

El Ingeniero y Senador Ramón Ramos, habría de entregarle al periódico local “El Mayo” para que publicara lo siguiente:

“ESTOY AUTORIZADO POR EL GOBERNADOR DEL ESTADO PARA OFRECER LA CANTIDAD DE DOS MIL PESOS A LA PERSONA QUE LOGRE LA APREHENSION DE PEDRO SALAZAR FELIX, YA SE TRATE DE UN PARTICULAR O DE LA MISMA POLICIA QUE LO PERSIQUE”.


Con el fin de orientar las investigaciones que el caso se estuviera haciendo en relación al movimiento sedicioso, es de observar que en esta ciudad estuvo el Procurador General de Justicia, Licenciado Guillermo Acedo Romero.

Posteriormente los habitantes de Navojoa, y las autoridades que participaron, para acabar con este grupo armado, se llegaría a la conclusión que el complot fracasó por no contar con mas ramificaciones que la de la Congregación del Barrio “ La Laguna”, en donde fue catequizado el juez de barrio por un falluquero de nombre Juan González.

Después de varios días llegaría la noticia, de que Pedro Salazar Félix, había caído combatiendo contra las autoridades sinaloenses y locales que lo perseguían, en los Alisos, Sinaloa.